viernes, 22 de marzo de 2013

Al otro lado de la mesa...

Y ahí estabas tú, mirándome desde el otro lado de la mesa, como si el resto del mundo no existiera, como si todo lo que dicen los demás, quedara en el aire.
Entonces me di cuenta de que no podría sacarte de mi cabeza jamás, que serías parte de mi para el resto de mi vida; que estarías en mi cabeza para lo bueno y para lo malo.
Y es que, cuando me acuerdo de esa sonrisa, me enamoro de cada momento que pasé contigo y de cada momento que quiero pasar contigo.
Y no me digas que esto sigue sin tener sentido, porque el único sentido que no encuentro es por qué no estamos juntos. Y no duele, mata.


-14.2.2013

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