viernes, 27 de julio de 2012

¿Y qué queda ahora?

Y ahora, después de todo, ¿qué queda? ¿qué queda de todo lo que vivimos, de todas las sonrisas que nos dedicábamos, de las tantas conversaciones que compartíamos? Ahora dime por qué dejaste que todo lo que teníamos se derrumbara, dime si te has olvidado de todas las cosas que me dijiste; de todo lo que prometiste. Y todo lo que decías, ¿dónde está? ¿dónde has dejado esas tardes de desesperación solo para oír mi voz? ¿dónde has dejado esa impaciencia por saber que sonreía? Todo lo que teníamos, todo lo que prometimos, se rompió como una copa de cristal cuando choca contra el suelo. Todo se desvaneció de un día para el otro, como si nada hubiese existido antes, como si nunca antes hubiésemos sentido nada de lo que dijimos sentir. Todo, absolutamente todo, acabó.
Pero que todo haya acabado para ti, no significa que para mi también.
Y el tiempo pasa, y tú te has ido, pero lo que siento se ha quedado conmigo.

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